viernes, 21 de marzo de 2014

LA PRUDENCIA

La PRUDENCIA, en estricto sentido, es una virtud. Sin embargo quiero analizarla a la luz de los valores y la trataré en su forma operativa, es decir, como el valor que nos ayuda a actuar con mayor conciencia frente a las situaciones ordinarias de la vida.


POR PRUDENCIA, MUCHAS VECES ES MEJOR CALLAR

Esto se los digo, porque ayer en la noche que les hable a mis nietos por teléfono Andrés me dijo:

-Abuelo, la próxima semana que vengas quiero que me hables del valor de LA PRUDENCIA porque a veces yo no soy prudente en muchas cosas-

Entoces recordando lo que me dijo mi abuelo en nuestras pláticas, yo le preparé al Andrés lo siguiente:

"La prudencia es tan discreta que pasa inadvertida ante nuestros ojos: Nos admiramos de las personas que normalmente toman decisiones acertadas, dando la impresión de jamás equivocarse; sacan adelante y con éxito todo lo que se proponen; conservan la calma aún en situaciones de lo más difícil; percibimos su compresíon hacia todas las demás personas y jamás ofenden o pierden la compostura. Así LA PRUDENCIA, decidida, activa, emprendora y comprensiva empieza a actuar en sus personas"


SI MANEJÁRAMOS CON PRUDENCIA, NO PASARÍA ESTO

"La falta de PRUDENCIA siempre tendrá consecuencias en todos los niveles, personal y colectivos, según sea el caso; como quienes se adhieren a cualquier actividad por el simple hecho de que todos estarán ahí"


HASTA EN EL MOMENTO DE BEBER HAY QUE TENER PRUDENCIA

"El valor de La PRUDENCIA no se forja a través de una apariencia, sino por la manera en que nos conducimos ordinariamente. Posíblemente lo que más nos cuesta trabajo es reflexionar y conservar la calma en todas las circunstancias; la mayoría de nuestros desaciertos en la toma de decisiones, en el trato con las personas o formar una opinión, se deriva de la precipitación, la emoción, el malhumor o cualquier percepción equivocada de la realidad.

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